Diferencia entre revisiones de «Juramentada (in-world)»

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'''''Juramentada, mi gloria y mi vergüenza''''' es el título del libro escrito por [[Dalinar Kholin]] en el año 1174 durante la [[Auténtica Desolación]]. Es una crónica de la vida y el viaje de Dalinar, escrita de su puño y letra en la [[escritura femenina]] [[vorin]], en lugar de que una mujer de su familia lo escriba por él, como marcaría la tradición.{{book ref|sa3|122}}
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'''''Oathbringer, My Glory and My Shame''''' is a book written by [[Dalinar Kholin]] in the year 1174 during the [[True Desolation]]. It is a record of Dalinar's life and journey, written by his own hand in the [[Alethi]] [[women's script]], rather than having a female relative scribe it for him, as would be [[Vorin]] custom.{{book ref|sa3|122}}
 
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Inspirado por [[El camino de los reyes (in-world)|''El camino de los reyes'']] y por sus encuentros con [[Nohadon]] durante sus [[Visiones de Dalinar|visiones]], Dalinar tuvo la necesidad de registrar su vida, su viaje y cómo había cambiado. La decisión final de escribir el relato la tomó durante la [[batalla de la Explanada Thayleña]], cuando Dalinar unió los tres [[Teoría Realmática|Reinos]] creando una [[perpendicularidad]] pudiendo ver [[Shadesmar]] durante este periodo de tiempo. Tras la batalla, Dalinar le pidió a [[Navani]] que le enseñara a leer, y luego a escribir, en la escritura femenina alezi, rompiendo así con la tradición vorin donde un hombre normalmente dicta sus escritos a una mujer de su familia en lugar de escribir él mismo.{{book ref|sa3|121}} Tres semanas después, y tras la boda de [[Adolin]] y [[Shallan]], Dalinar empezó a escribir el libro y le puso por título ''Juramentada, mi gloria y mi vergüenza''.{{book ref|sa3|122}} Durante el próximo año, Dalinar continuó escribiendo y revisando el texto. Su escritura, debido a la falta de práctica de sus dedos, ocupaba mucho más espacio de lo habitual dentro de una página, lo que dio lugar a un manuscrito original mucho más grande que las versiones hechas por las escribas. Después de que estas hicieran algunas copias de la versión final, que terminó durante la ofensiva en [[Emul]], le entregó el manuscrito original a [[Jasnah]] y le pidió que escribiera el subtexto del libro. A pesar de las advertencias de su sobrina de que sería extensa y rigurosa para refutar los argumentos del escrito de Dalinar, especialmente aquellos de carácter religioso, Dalinar insistió en su decisión de que lo hiciera ella, ya que formaba parte de su juramento de unir en lugar de dividir.{{book ref|sa4|101}}
   
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Inspired by [[The Way of Kings (in-world)|The Way of Kings]] and his encounters with [[Nohadon]] in his [[Dalinar's visions|visions]], Dalinar Kholin felt he should make a record of his life and journey and about how he had changed. The final decision to write the account was made during the [[Battle of Thaylen Field]], when Dalinar united the three [[Realmatic Theory|Realms]] and created a [[perpendicularity]], during which time he could see into [[Shadesmar]]. After the battle, Dalinar asked [[Navani]] to teach him to read, and later write, in the Alethi women's script, breaking with Vorin tradition where a man would typically dictate his writings to a female relative instead of writing it by his own hand.{{book ref|sa3|121}} Three weeks later, after [[Adolin]]'s and [[Shallan]]'s wedding, he started to write the book and titled it Oathbringer, My Glory and My Shame.{{book ref|sa3|122}} Dalinar continued to write and revise the text over the next year. After having scribes make some copies of his final version, he gave the completed original to [[Jasnah]] and asked her to write the undertext for the book. Despite Jasnah's warnings that she would be both lengthy and thorough in rebutting the arguments in his primarily religious writing, Dalinar insisted that his decision to ask her was part of his oath to unite instead of divide.{{book ref|sa4|101}}
 
   
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|Las palabras más importantes que puede pronunciar un hombre son: «Lo haré mejor.» No son las palabras más importantes que pueda pronunciar cualquier hombre. Yo soy hombre, y son ellas las que necesitaba decir. El antiguo código de los Caballeros Radiantes reza: «Viaje antes que destino.» Algunos lo consideran un simple lugar común, pero es mucho más. Un viaje incluirá dolor y fracaso. No son solo los pasos adelante los que debemos aceptar, sino también los traspiés. Las dificultades. El conocimiento de que fracasaremos. De que haremos daño a quienes nos rodean. Pero si nos detenemos, si aceptamos la persona que somos al caer, el viaje concluye. Ese fracaso pasa a ser nuestro destino. Amar el viaje implica no aceptar ese final. He descubierto, por medio de dolorosas experiencias, que el paso más importante que puede dar alguien es siempre el siguiente. Sin duda, habrá quien se sienta amenazado por esta narración. Quizá unos pocos se sientan liberados. La mayoría, simplemente, sentirá que no debería existir. Debo escribirla de todos modos. Sé que muchas mujeres que lean esto lo considerarán solo una prueba más de que soy el hereje impío que todos afirman. Puedo señalar con exactitud el momento en que decidí sin la menor duda que esta crónica debía escribirse. Pendía entre reinos, contemplando Shadesmar, el reino de los spren, y más allá. Pensé que, sin duda, moriría. Bien cierto era que algunos con mayor visión que la mía habían caído. No morí. Experimenté algo peor. Pero a pesar de ese momento, puedo decir con sinceridad que este libro lleva fermentando en mí desde mi juventud. La suma de mis experiencias me ha guiado hasta este momento. Hasta esta decisión. Es posible que mi herejía se remonte a esos días de mi infancia, cuando empecé a albergar tales ideas. No os pido que me perdonéis. Ni siquiera que me entendáis. Solo pido que leáis o escuchéis estas palabras. En esta narración no me reservo nada. No intentaré apartarme de los asuntos difíciles ni retratarme bajo una deshonesta luz heroica. Solo consignaré aquí la verdad, directa, incluso brutal. Debéis saber lo que hice y lo que me costaron esos actos. Pues en ello radica la lección. No se trata de una lección que afirme ser capaz de enseñar. La experiencia en sí es la gran maestra, y a ella debéis recurrir sin intermediarios. Con la descripción de una especia no es suficiente; hay que probarla en persona. Sin embargo, cuando una especia es peligrosa, se puede advertir de ello para degustarla con mesura. Desearía que la lección que aprendáis no sea tan dolorosa como la mía. No soy un narrador que vaya a entreteneros con caprichosos cuentos. No soy un filósofo que vaya a intrigaros con certeras preguntas. No soy un poeta que vaya a deleitaros con hábiles alusiones. No pongo en duda que sois más inteligentes que yo. Tan solo puedo narrar lo que sucedió, lo que he hecho, y dejar que las conclusiones sean vuestras. Confesaré ante vosotros mis asesinatos. El más doloroso es que maté a alguien que me amaba con toda su alma. Confesaré mi herejía. No me retracto de las cosas que he dicho, por mucho que me lo exijan los fervorosos. Por último, confesaré mi humanidad. Se me ha llamado monstruo, y no niego que lo sea. Soy el monstruo en el que temo que todos podemos convertirnos. De modo que sentaos. Leed, o escuchad, a alguien que ha cruzado entre reinos. Escuchad las palabras de un necio. Si no pueden volveros menos ingenuos, que al menos os traigan esperanza. Porque yo, precisamente yo, he cambiado.<!--
|The most important words a man can say are, “I will do better.” These are not the most important words any man can say. I am a man, and they are what I needed to say. The ancient code of the Knights Radiant says “journey before destination.” Some may call it a simple platitude, but it is far more. A journey will have pain and failure. It is not only the steps forward that we must accept. It is the stumbles. The trials. The knowledge that we will fail. That we will hurt those around us. But if we stop, if we accept the person we are when we fall, the journey ends. That failure becomes our destination. To love the journey is to accept no such end. I have found, through painful experience, that the most important step a person can take is always the next one. I'm certain some will feel threatened by this record. Some few may feel liberated. Most will simply feel that it should not exist. I needed to write it anyway. I know that many women who read this will see it only as further proof that I am the godless heretic everyone claims. I can point to the moment when I decided for certain this record had to be written. I hung between realms, seeing into Shadesmar—the realm of the spren—and beyond. I thought that I was surely dead. Certainly, some who saw further than I did thought I had fallen. I did not die. I experienced something worse. That moment notwithstanding, I can honestly say this book has been brewing in me since my youth. The sum of my experiences has pointed at this moment. This decision. Perhaps my heresy stretches back to those days in my childhood, where these ideas began. I ask not that you forgive me. Nor that you even understand. I ask only that you read or listen to these words. In this record, I hold nothing back. I will try not to shy away from difficult topics, or paint myself in a dishonestly heroic light. I will express only direct, even brutal, truth. You must know what I have done, and what those actions cost me. For in this comes the lesson. It is not a lesson I claim to be able to teach. Experience herself is the great teacher, and you must seek her directly. You cannot have a spice described to you, but must taste it for yourself. However, with a dangerous spice, you can be warned to taste lightly. I would that your lesson may not be as painful as my own. I am no storyteller, to entertain you with whimsical yarns. I am no philosopher, to intrigue you with piercing questions. I am no poet, to delight you with clever allusions. I have no doubt that you are smarter than I am. I can only relate what happened, what I have done, and then let you draw conclusions. I will confess my murders before you. Most painfully, I have killed someone who loved me dearly. I will confess my heresy. I do not back down from the things I have said, regardless of what the ardents demand. Finally, I will confess my humanity. I have been named a monster, and do not deny those claims. I am the monster that I fear we all can become. So sit back. Read, or listen, to someone who has passed between realms. Listen to the words of a fool. If they cannot make you less foolish, at least let them give you hope. For I, of all people, have changed.<!--
 
   
-->|Preface to "Oathbringer"
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-->|Prólogo de "Juramentada"
 
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== Trivia ==
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== Curiosidades ==
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*Juramentada es también el nombre de la [[Juramentada|tercera novela]] de la saga ''[[El archivo de las tormentas]]'', siguiendo con la tendencia de nombrarlos como libros que existen dentro del universo.
*Oathbringer is the namesake of the [[Oathbringer|third book]] in [[The Stormlight Archive]] series, following with the trend of naming them for in-world books.
 
   
== Notes ==
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== Notas ==
 
<references />
 
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[[Categoría: Literatura]]

Revisión actual del 09:36 10 oct 2023


Juramentada
Inspiration by botanicaxu.jpg
Relacionado con Caballeros Radiantes
Mundo de origen Roshar
Universo de origen Cosmere
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Juramentada, mi gloria y mi vergüenza es el título del libro escrito por Dalinar Kholin en el año 1174 durante la Auténtica Desolación. Es una crónica de la vida y el viaje de Dalinar, escrita de su puño y letra en la escritura femenina vorin, en lugar de que una mujer de su familia lo escriba por él, como marcaría la tradición.[1]

Creación

Inspirado por El camino de los reyes y por sus encuentros con Nohadon durante sus visiones, Dalinar tuvo la necesidad de registrar su vida, su viaje y cómo había cambiado. La decisión final de escribir el relato la tomó durante la batalla de la Explanada Thayleña, cuando Dalinar unió los tres Reinos creando una perpendicularidad pudiendo ver Shadesmar durante este periodo de tiempo. Tras la batalla, Dalinar le pidió a Navani que le enseñara a leer, y luego a escribir, en la escritura femenina alezi, rompiendo así con la tradición vorin donde un hombre normalmente dicta sus escritos a una mujer de su familia en lugar de escribir él mismo.[2] Tres semanas después, y tras la boda de Adolin y Shallan, Dalinar empezó a escribir el libro y le puso por título Juramentada, mi gloria y mi vergüenza.[1] Durante el próximo año, Dalinar continuó escribiendo y revisando el texto. Su escritura, debido a la falta de práctica de sus dedos, ocupaba mucho más espacio de lo habitual dentro de una página, lo que dio lugar a un manuscrito original mucho más grande que las versiones hechas por las escribas. Después de que estas hicieran algunas copias de la versión final, que terminó durante la ofensiva en Emul, le entregó el manuscrito original a Jasnah y le pidió que escribiera el subtexto del libro. A pesar de las advertencias de su sobrina de que sería extensa y rigurosa para refutar los argumentos del escrito de Dalinar, especialmente aquellos de carácter religioso, Dalinar insistió en su decisión de que lo hiciera ella, ya que formaba parte de su juramento de unir en lugar de dividir.[3]

Reacciones

Aunque el libro aún no se ha publicado, Dalinar había permitido que circularan borradores previos y partes de la obra para que los leyeran en la coalición.[4][3] Las reacciones a estos primeros escritos fueron muy variadas: algunas personas se sorprendieron por las acciones que llevó a cabo Dalinar en el pasado y a otras les disgustó la idea de que un hombre escribiera.[4][5] Otras personas respetaron a Dalinar por lo que había conseguido y se dieron cuenta de que, el hecho de que un hombre escribiera, era el principio de muchos cambios.[6][7]

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Las palabras más importantes que puede pronunciar un hombre son: «Lo haré mejor.» No son las palabras más importantes que pueda pronunciar cualquier hombre. Yo soy hombre, y son ellas las que necesitaba decir. El antiguo código de los Caballeros Radiantes reza: «Viaje antes que destino.» Algunos lo consideran un simple lugar común, pero es mucho más. Un viaje incluirá dolor y fracaso. No son solo los pasos adelante los que debemos aceptar, sino también los traspiés. Las dificultades. El conocimiento de que fracasaremos. De que haremos daño a quienes nos rodean. Pero si nos detenemos, si aceptamos la persona que somos al caer, el viaje concluye. Ese fracaso pasa a ser nuestro destino. Amar el viaje implica no aceptar ese final. He descubierto, por medio de dolorosas experiencias, que el paso más importante que puede dar alguien es siempre el siguiente. Sin duda, habrá quien se sienta amenazado por esta narración. Quizá unos pocos se sientan liberados. La mayoría, simplemente, sentirá que no debería existir. Debo escribirla de todos modos. Sé que muchas mujeres que lean esto lo considerarán solo una prueba más de que soy el hereje impío que todos afirman. Puedo señalar con exactitud el momento en que decidí sin la menor duda que esta crónica debía escribirse. Pendía entre reinos, contemplando Shadesmar, el reino de los spren, y más allá. Pensé que, sin duda, moriría. Bien cierto era que algunos con mayor visión que la mía habían caído. No morí. Experimenté algo peor. Pero a pesar de ese momento, puedo decir con sinceridad que este libro lleva fermentando en mí desde mi juventud. La suma de mis experiencias me ha guiado hasta este momento. Hasta esta decisión. Es posible que mi herejía se remonte a esos días de mi infancia, cuando empecé a albergar tales ideas. No os pido que me perdonéis. Ni siquiera que me entendáis. Solo pido que leáis o escuchéis estas palabras. En esta narración no me reservo nada. No intentaré apartarme de los asuntos difíciles ni retratarme bajo una deshonesta luz heroica. Solo consignaré aquí la verdad, directa, incluso brutal. Debéis saber lo que hice y lo que me costaron esos actos. Pues en ello radica la lección. No se trata de una lección que afirme ser capaz de enseñar. La experiencia en sí es la gran maestra, y a ella debéis recurrir sin intermediarios. Con la descripción de una especia no es suficiente; hay que probarla en persona. Sin embargo, cuando una especia es peligrosa, se puede advertir de ello para degustarla con mesura. Desearía que la lección que aprendáis no sea tan dolorosa como la mía. No soy un narrador que vaya a entreteneros con caprichosos cuentos. No soy un filósofo que vaya a intrigaros con certeras preguntas. No soy un poeta que vaya a deleitaros con hábiles alusiones. No pongo en duda que sois más inteligentes que yo. Tan solo puedo narrar lo que sucedió, lo que he hecho, y dejar que las conclusiones sean vuestras. Confesaré ante vosotros mis asesinatos. El más doloroso es que maté a alguien que me amaba con toda su alma. Confesaré mi herejía. No me retracto de las cosas que he dicho, por mucho que me lo exijan los fervorosos. Por último, confesaré mi humanidad. Se me ha llamado monstruo, y no niego que lo sea. Soy el monstruo en el que temo que todos podemos convertirnos. De modo que sentaos. Leed, o escuchad, a alguien que ha cruzado entre reinos. Escuchad las palabras de un necio. Si no pueden volveros menos ingenuos, que al menos os traigan esperanza. Porque yo, precisamente yo, he cambiado.

—Prólogo de "Juramentada"

Curiosidades

Notas

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