Eton

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Eton
Familia Padres Iadon, Eshen Hermanos Raoden
Mundo natal	Sel
Universo	Cosmere

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Eton, frecuentemente conocido como el príncipe loco, fue un antagonista secundario en los primeros borradores de Elantris. Su papel en la historia lo asumió en gran medida el duque Telrii en la publicación final.}}

Eton, hermano del príncipe Raoden, es mencionado periódicamente en las tres primeras cuartas partes del libro, como un hombre irracional y una posible vergüenza para la corte, a quien el rey Iadon envió a una lejana plantación algún tiempo antes de que comenzara el libro. En su juventud, Eton disfrutaba celebrando simulacros de batallas con campesinos, y a menudo atormentaba a Raoden. Con el tiempo, Raoden se adaptó y aprendió a superar a su cruel hermano, sentando las bases para sus maniobras políticas con su padre cuando era joven.

En el acto final del libro, Eton llega a Kae con un ejército. Sarene lo ve por primera vez después de salir de Elantris, cuando cabalga hasta el palacio con una docena de soldados, anuncia su reivindicación del trono e incendia el palacio. Más tarde se reúne con Hrathen, aceptando convertirse al Shu-Dereth e inquietando a Hrathen con la calma con la que contradice tanto a la lógica como a sí mismo. Hrathen y Eton se reúnen de nuevo, y Hrathen intenta avanzar algo en sus objetivos mientras Eton le obliga a jugar a «las piedras», un juego que Eton afirma que es tremendamente popular pero Hrathen está seguro de que sólo existe en la mente de Eton. Hrathen abandona la reunión cada vez más frustrado.

Eton es asesinado, y sus soldados se presentan para juzgar a Raoden por causar su muerte. Sarene acompaña a Raoden al juicio, celebrado junto a la pira de Eton. Raoden acepta su responsabilidad por la muerte de Eton y pronuncia un apasionado discurso. El general de Eton levanta su espada para ejecutar a Raoden, cierra los ojos y golpea, fallando en el cuello de Raoden por menos de una pulgada. Explica que Eton siempre obligaba a sus soldados a realizar las ejecuciones con los ojos cerrados: un acierto significaba culpabilidad y un fallo significaba que el acusado había sido inocente todo el tiempo. El general declara a Raoden inocente y Raoden se prepara para su coronación.

Notas

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