Cartas

De La Coppermind
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Cartas
Tipo Mensajes
Autor Hoid, Frost, Dotación, Patji, y Armonía
Mundo de origen Roshar, Yolen, Nalthis, Primero del Sol, Scadrial
Universo Cosmere
Este artículo tiene contenido de propiedad intelectual reproducida con permiso
Por favor, no altere o reproduzca este contenido sin permiso del autor

Las cartas son un conjunto de correspondencia entre Hoid y muchas otras figuras prominentes en el Cosmere, incluyendo a; Frost, Dotación, Autonomía, y Armonía.[1][2][3][4] Las cartas iniciales de Hoid expresan sus miedos con respecto a Odium ––tanto sus antiguos ataques a varias Esquirlas de Adonalsium, sus actividades en Roshar, y el potencial de futura devastación a lo largo del Cosmere–– y pide ayuda a sus destinatarios. [5] Las cartas subsiguientes, todas dirigidas a Hoid, son una respuesta a su petición de ayuda.[6][7][8][9]

Además de dar información acerca de la significancia del conflicto en Roshar por su relación con el resto del Cosmere, las cartas dan información acerca de las historias, metas y personalidades de sus autores.

La primera carta

La primera carta, está escrita por Hoid a Frost[1] y expone el peligro representado por Rayse, el Recipiente de Odium, esperando sacar a Frost de su juramento de no intervención.[10] Hoid señala que Rayse era peligroso incluso antes de tomar la Esquirla de Odium, y que si Ati pudo ser tan corrompido por la Esquirla de Ruina entonces Rayse solo irá a peor. Hoid cita que el Astillamiento de Devoción y Dominio en Sel como prueba del peligro que Odium presenta. Después le quita importancia a las preocupaciones acerca de sus propios sesgos y pide a Frost que retire los miembros de la Decimoséptima Esquirla que han estado dándole caza en Roshar antes de hacer su petición final.[5]

Viejo amigo, espero que esta misiva te encuentre bien. Aunque, como ahora eres esencialmente inmortal, supongo que encontrarse bien por tu parte es cosa hecha. Soy consciente de que probablemente estás enfadado todavía. Me alegra saberlo. Al igual que tu perpetua salud, he llegado a dar por hecha tu insatisfacción conmigo. Creo que es una de las grandes constantes del Cosmere.

Déjame confirmarte primero que el elemento está asegurado. He encontrado un buen hogar para él. Podríamos decir que protejo su seguridad tal como protejo mi propia piel. No estás de acuerdo con mi misión. Lo comprendo en la medida que es posible comprender a alguien con quien estoy completamente en desacuerdo. ¿Puedo ser sincero? Antes, preguntaste por qué estoy tan preocupado. Es por el siguiente motivo: Ati fue una vez un hombre amable y generoso, y ya viste en qué se convirtió. Rayse, por otro lado, se encontraba entre los individuos más repulsivos, ladinos y peligrosos que he conocido. Tiene la más terrible y aterradora de todas las Esquirlas. Reflexiona sobre eso un momento, viejo reptil, y dime si tu insistencia en la no intervención es firme. Porque te aseguro que Rayse no se inhibirá del mismo modo. Solo hay que mirar las consecuencias de su breve visita a Sel para ver la prueba de lo que digo. Por si acaso has decidido hacer la vista gorda, has de saber que Aona y Skai están muertos, y que lo que tenían ha sido Astillado. Presumiblemente para impedir que nadie se alce para desafiar a Rayse.

Me has acusado de arrogancia en mi misión. Me has acusado de perpetuar mi rencilla contra Rayse y Bavadin. Ambas acusaciones son ciertas. Ningún argumento hace que las cosas que te he escrito aquí sean falsas. Me persiguen. Tus amigos de la Decimoséptima Esquirla, sospecho. Creo que siguen perdidos, siguiendo una pista falsa que dejé para ellos. Se sentirán más felices así. Dudo que sepan qué hacer conmigo si me atrapan. Si algo de lo que he dicho tiene para ti un atisbo de sentido, confío en que les ordenes que vuelvan. O tal vez podrías sorprenderme y pedirles que hagan algo productivo por una vez. Pues nunca me he dedicado a un propósito más importante, y las mismas columnas del cielo temblarán con los resultados de nuestra guerra aquí. Lo pido de nuevo. Apóyame. No te apartes y dejes que el desastre consuma más vidas. Nunca te he suplicado nada antes, viejo amigo.

Lo hago ahora.

—La primera carta

La segunda carta

La segunda carta es una respuesta a la primera, escrita de Frost a Hoid.[2] En esta carta, Frost le quita importancia a las preocupaciones de Hoid, argumentando que Rayse está atrapado por Honor en el sistema roshariano, y por lo tanto la amenaza que presenta está suficientemente obstruida de momento. Aunque su frustración con Hoid está representada en las líneas iniciales, llama a Hoid su amigo y le suplica que considere los peligros que la propia intervención de Hoid pudiera causar.[6]

Dirigiré esta carta a mi «viejo amigo», ya que no tengo ni idea de qué nombre usas actualmente. ¿Has renunciado a la gema, ahora que está muerta? ¿Y ya no te ocultas tras el nombre de tu antiguo maestro? Me han dicho que en tu actual encarnación has tomado un nombre que hace referencia a la que, según presumes, es una de tus virtudes. Sospecho que esto es como si una mofeta se llamara a sí misma por su hedor.

Mira lo que me has hecho decir. Siempre has sido capaz de sacar lo más extremo de mí, viejo amigo. Y sigo llamándote amigo, pese a todo lo que me cansas. Sí, estoy decepcionado. Perpetuamente, como tú dices. ¿No es suficiente la destrucción que hemos causado? Los mundos que ahora recorres tienen la marca y el diseño de Adonalsium. Nuestra interferencia, hasta el momento, no ha provocado más que dolor. Mi camino ha sido escogido muy deliberadamente. Sí, estoy de acuerdo con todo lo que has dicho de Rayse, incluyendo el serio peligro que supone. Sin embargo, me parece que todas las cosas han sido establecidas para un propósito, y si nosotros, como niños, trasteamos en el taller, nos arriesgamos a exacerbar un problema, no a impedirlo.

Rayse está cautivo. No puede salir del sistema que habita ahora. Su potencial destructivo, por tanto, ha quedado inhibido. Fuera designio de Tanavast o no, han pasado milenios sin que Rayse haya tomado la vida de otro de los dieciséis. Aunque lloro por el gran sufrimiento que Rayse ha causado, no creo que pudiéramos esperar un resultado mejor que este. Soporta el peso del odio divino de Dios, separado de las virtudes que le dieron contexto. Es lo que le hicimos ser, viejo amigo. Y lo que, por desgracia, quiso ser. Sospecho que ahora es más una fuerza que un individuo, a pesar de su insistencia en lo contrario. Esa fuerza está contenida y se ha llegado a un equilibrio.

Tú, sin embargo, nunca has sido una fuerza de equilibrio. Arrastras el caos detrás de ti como quien lleva un cadáver sobre la nieve tirando de él por una pierna. Por favor, oye mi súplica. Deja ese lugar y únete a mí en mi juramento de no intervención. El Cosmere mismo puede depender de nuestra contención.

—La segunda carta

Cartas de Juramentada

Tres cartas más fueron escritas a Hoid (dos de ellas usando su alias, Cephandrius), en respuesta a mensajes similares al presentado en la primera carta. Las respuestas varían, aunque son en general desdeñosas o apáticas hacia la petición de Hoid.

Primera carta de Juramentada

La primera de estas cartas está escrita por Dotación[3][11] ay ofrece un rechazo, como la de Frost. Muestra un desprecio notable por el hecho de que haya varias Esquirlas compartiendo un planeta, haciendo referencia a un pacto que hicieron de no asentarse cerca unas de otras. Dotación finalmente argumenta que las actividades de Rayse no son asunto de Hoid, y que se harán cargo de Odium y potencialmente incluso de Hoid si sintieran que fuera necesario.[7]

Mi queridísmo Cephandrius:

Recibí tu comunicación, por supuesto. Reparé en su llegada de inmediato, igual que fui consciente de tus muchas incursiones en mi tierra. Te crees muy listo, pero mis ojos no son los de cualquier noble mezquino al que puedas engañar con nariz falsa y un poco de tierra en las mejillas. No debes preocuparte por Rayse. Lo de Aona y Skai sí que es una pena, pero fueron unos necios e incumplieron nuestro pacto desde el mismo principio. Tus habilidades son admirables, pero no eres más que un hombre. Tuviste tu oportunidad de ser más y la rechazaste. No puede terminar bien que dos esquirlas se alojen en el mismo lugar. Se acordó que no interferiríamos entre nosotros, y me decepciona que tan pocas de las Esquirlas hayan respetado ese acuerdo original. En cuanto a Uli Da, fue evidente desde el principio que iba a suponer un problema. No la echaré de menos. En cualquier caso, esto no es asunto tuyo. Diste la espalda a la divinidad. Si Rayse pasa a ser un problema, nos ocuparemos de él.

Y también de ti.

—Primera carta de Juramentada

Segunda carta de Juramentada

La segunda carta está escrita por Patji, un Avatar de Autonomía,[12] y menciona Primero del Sol.[4][13] Como viene siendo costumbre, Autonomía menosprecia las preocupaciones de Hoid, creyendo que Rayse está cautivo, e incluso presenta cierta admiración por la Esquirla atrapada. El autor se refiere a sí mismo en plural y sugiere que Hoid habría encontrado una respuesta más favorable si hubiera contactado con otro avatar. La carta termina con un desafío mediante el cual Hoid podría ganarse el respeto de la Esquirla.[8]

Cephandrius, portador de la Primera Gema,

Deberías saber que no debes acudir a nosotros confiando en la presunción de una relación pasada. Has hablado con alguien que no puede responder. Nosotros en cambio traeremos aquí tu comunicación, aunque no sepamos cómo has podido localizarnos en este mundo. Ciertamente nos tiene intrigados pues lo considerábamos bien oculto. Insignificante entre nuestros muchos reinos. Del mismo modo en que las olas del mar deben seguir llegando, nuestra voluntad debe mantener su resolución.
En solitario.
¿Acaso esperabas otra cosa de nosotros? No tenemos por qué tolerar más interferencias. Rayse está contenido, y nos preocupa bien poco su prisión. Ciertamente, admiramos su iniciativa. Quizá si te hubieras dirigido a quien debías de entre nosotros con tu súplica, esta habría encontrado una recepción favorable. Pero nos alzamos en el mar, satisfechos con nuestros dominios. Déjanos en paz. También te prohibimos que regreses a Obrodai. Hemos reclamado ese mundo, y una nueva avatar de nuestro ser está empezando a manifestarse allí. Esto es todo lo que diremos por el momento. Si deseas más, busca estas aguas en persona y supera las pruebas que hemos creado.    

Solo así podrás granjearte nuestro respeto.

—Segunda carta de Juramentada

Tercera carta de Juramentada

La tercera carta está escrita por Sazed, el Recipiente de Armonía, evidenciado por sus patrones de escritura, la referencia a dos Esquirlas diametralmente opuestas, y a su relativa ignorancia en lo que respecta a Adonalsium. Mientras que Armonía no cuestiona los argumentos de Hoid, se siente poco preparado y expresa su rechazo a ofrecer ayuda antes de confiar en este hombre, de quien no sabe nada al respecto. Él pide a Hoid que le visite directamente y hasta entonces no actuará.[9]

Amigo:
Tu carta es de lo más intrigante, incluso reveladora. Habría pensado, antes de alcanzar mi estado actual, que las deidades eran imposibles de sorprender. Es evidente que no es cierto. Se me puede sorprender. Incluso puedo pecar de ingenuidad, diría yo. Soy el peor preparado de todos para ayudarte en este empeño. He descubierto que los poderes que ostento mantienen tal conflicto que incluso el acto más simple puede resultar dificultoso. También acrecienta mi indecisión tu subterfugio. ¿Por qué no te me diste a conocer antes de esto? ¿Cómo es que puedes ocultarte? ¿Quién eres en realidad, y cómo sabes tanto sobre Adonalsium? Si deseas conversar más conmigo, requeriré una sinceridad absoluta. Vuelve a mis tierras, dirígete a mis sirvientes y veré en qué puedo ayudarte con tu misión.

—Tercera carta de Juramentada

La sexta carta

La sexta carta es en respuesta a Hoid. También está escrita por Sazed, el Recipiente de Armonía, de nuevo evidenciado en sus patrones de escritura y la mención a su relativa juventud y hablar de estar formado por Ruina y Conservación.

Querido Errante:

Recibí vuestra última comunicación. Os ruego que disculpéis la formalidad por mi parte, ya que no nos conocemos en persona. Me siento nuevo en este papel, a pesar de los años que llevo desempeñándolo. Supongo que reconoceréis mi relativa juventud. Me fascina lo mucho que habéis logrado en Scadrial sin que yo reparara en vuestra presencia. ¿Cómo lográis ocultaros tan bien de las Esquirlas?

Me he puesto en contacto con los demás, como solicitasteis, y he recibido respuestas diversas. Tal y como indicabais, existe una división entre las otras Esquirlas que no habría sido capaz de anticipar. Dotación por lo menos respondió a mis intentos de acercamiento, pero no he podido localizar de nuevo a Invención después de nuestro contacto inicial. Capricho no sirvió de gran cosa, y Piedad me preocupa. Tengo la sensación de que Valentía es razonable, y os sugiero que volváis a contactar con ella. Estima que ha pasado demasiado tiempo desde vuestra última conversación. Las muertes de Devoción y Dominio me perturban sobremanera, ya que no había sido consciente de que este inmenso poder que ostentamos pudiera fragmentarse de ese modo. En mi mundo, el poder siempre se ha congregado y buscado un nuevo Recipiente.

Dicho eso, lo más preocupante que he descubierto en todo esto es la herida infligida al Reino Espiritual allí donde Ambición, Piedad y Odium se enfrentaron y Ambición fue destruida. Los efectos en el planeta Treno han sido… perturbadores. Hay otras Esquirlas a las que no puedo identificar y que me están ocultas. Temo que su influencia invada mi mundo, pero estoy contenido por una extraña incapacidad debida a los poderes contrarios que ostento.

He empezado a planear una salida de este atolladero buscando a la persona ideal que actúe en mi nombre. Alguien que encarne tanto a Conservación como a Ruina. Una… espada, por así decirlo, capaz tanto de proteger como de matar. Pero con eso no respondo al núcleo de vuestra carta. He instado a quienes se prestaron a hablar conmigo a escuchar vuestras advertencias, pero todos parecen contentarse con hacer caso omiso a Odium por el momento. En su opinión, no supone una amenaza mientras continúe retenido en el sistema roshariano.

Yo no comparto su actitud. Si estáis en lo cierto y sois capaces de mantener a Odium preso por el momento, eso nos daría el tiempo necesario para planificar. Se trata de una amenaza que supera la capacidad de una sola Esquirla para afrontarla. Por desgracia, como demuestra mi propia situación, la combinación de Esquirlas no siempre lleva a un poder mayor. Debemos suponer que Odium se ha dado cuenta de ese hecho y, en consecuencia, persigue un único y terrible objetivo: destruir —por Astillamiento o dejando impotentes de alguna manera— a todas las Esquirlas salvo él mismo. Combinar poderes modificaría y distorsionaría la identidad de Odium. Por tanto, en lugar de absorber a otros, los destruye. Dado que todos somos en esencia infinitos, no necesita más poder. Destruir y Astillar a las otras Esquirlas dejaría a Odium como único dios, ni alterado ni corrompido por otras influencias.

Afirmáis que el poder en sí debe considerarse aparte en nuestras mentes del recipiente que lo controla. Me resulta difícil hacerlo a un nivel intrínseco, ya que, aunque no soy ni Ruina ni Conservación, ellos me componen a mí.

A pesar de ello, intentaré hacer lo que proponéis. Sin embargo, parecéis más asustado del recipiente. Os advierto de que tal actitud es un fallo en vuestra comprensión. Vos no habéis sentido lo mismo que yo. No habéis conocido lo mismo que yo. Rechazasteis esa oportunidad, y con sabiduría, en mi opinión. Sin embargo, a pesar de que no pensáis como un mortal, sois pariente de ellos. El poder de la Esquirla de Odium es más peligroso que la mente que hay tras ella. Sobre todo teniendo en cuenta que toda Investidura parece obtener una voluntad propia cuando no se la controla.

El instinto me dice que el poder de Odium no está controlándose bien. El recipiente quedará adaptado a la voluntad del poder. Y después de tanto tiempo, si Odium aún pretende destruir, eso es obra del poder. Por supuesto, reconozco que esto no es más que una nimiedad. Una cuestión semántica, más que otra cosa. En verdad, es la combinación del talento de un recipiente y la Intención del poder lo que más deberíamos temer.

Sea como sea, por favor daos a conocer a mí cuando recorráis mis tierras. Me angustia que creáis que debéis moveros en las sombras.

—La sexta carta

Curiosidades

Notas

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Chaos2651 (talk) 07:55, 17 March 2022 (UTC)

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